#linksEdición No. 31, sábado 10 de nov. 2012
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LOS POEMAS
COLOFON
Todos tienen su muerte propia. Los hombres la llevan en su vestimenta, en su interior. Las mujeres que llegan a ser viejas y pequeñitas; tienen una muerte discreta y señorial. Los niños, incluso los más pequeños, tienen una muerte cualquiera; mueren según lo que eran y según aquello que hubieran llegado a ser.
Que melancolia y dulzura tiene la belleza de las mujeres en cinta, cuando en su gran vientre reposan sus largas manos, como protegiendo dos frutos: un niño, y la muerte. La sonrisa densa, ¿ no provendrá, acaso, de que sienten crecer en ellas el uno y la otra?.
He permanecido pensativo durante toda la noche. Ahora me siento fatigado, como después de una largta caminata. Me duele pensar que todo esto ya no exista, que gentes extrañas habiten aquella casa. Ya no tengo a nada ni a nadie, y viajo con la maleta llena de recuerdos. En resumen, sin curiosidad.
¿Qué vida es esta? Sin casa, sin objetos, sin perro. Si la infancia estuviera aqui; pero está como enterrada.
Quizá sea necesario ser viejo...,pienso que debe ser bueno ser viejo.
A GRANDES RASGOS.
EL MÓNOLOGO
EL PERSUASIVO - (segunda parte)
Esto también le sucederá a él, pero en una forma mas terrible. Recibe un castigo de verdadero delincuente, porque,¿qué es el dolor de la expiación comparado con ésta consciente locura?
A Celia le restultá difícil hallar la paz. Ella le perdona de corazón, pero no puede tener paz porque la duda renace en su alma. Llega entonces el arrepentimiento, pero en ese instante otra voz le dice que ella no ha tenido culpa alguna; que fue él quien puso astutamente en su alma ese propósito. Nace así el odio, pero no recobra la paz, porque la conciencia le produce nuevos reproches
Cuando se despierten los recuerdos, ella olvida el pecado y la culpa y evoca los momentos de felicidad y se deja embriagar por la exaltación que nada tiene de natural. Una vez Celia me escribió una esquela que contenia estás palabras:
"A veces era tan espiritual que como mujer me sentia anonadada; pero luego se volvía tan desenfrenadamente apasionado, que yo temblaba por él", A veces, también, se me abandonaba enteramente, pero, al querer asirlo con mis brazos, todo desaparecia y yo abrazaba "las nubes", sólo a través de él pienso cada pensamiento mio. Sabia rugir como una tempestad de otoño y también susurrar imperceptiblemente. Yo escuchaba la música evocada, música con la que sabia arrastrarme..
Recibí de Celia unas cartas, ignoro si son todas las que escribió. Esas cartas quiero intercalarlas aqui, ahora. No llevan fecha, porque a medida que avanza el diario las fechas son cada vez mas raras, al final desaparecen del todo.
Cuando la conversación se refería a sus relaciones con Johan, me recitaba una breve estrofa--tal vez de Goethe--:
Ve
Desprecia
La fidelidad.
La pesadumbre
Vendra después.
Estos son apartes de algunas cartas:
Johan
No te llamo...mio. Comprendo perfectamente que nunca fuiste mio, y por eso estoy castigada, por haberme aferrado a esta idea como a mi única alegria. Pero te llamo mi persuasor, fuente de mi desventura, abismo de mi infelicidad, todas estas palabras habrán de sonar como una maldición para tí; para toda la eternidad.
A donde quiera que vayas, sigo siendo tuya, aunque vayas a los confines del mundo, soy tuya, tuya hasta la muerte.
Te atreviste a una gran maldad persuadíendome, tanto que te habías vuelto todo para mi, yo deseaba ser tu esclava.
Soy tuya, tuya; tu maldición.
Celia.
Johan:
Toda esperanza es inútil. ¿No volverá a despertarse jamás tu amor?.Quiero esperar, aunque el tiempo me parezca largo. Y si de la tumba resurge tu amor, te amaré siempre, como antes Johan. ¡Cómo antes!
Celia
Es obvio que Celia sabía medir sus palabras, aunque no poseyera la expresión. Es innegable que sus cartas reflejan sus estados de alma, esa forma de expresarse presta al escrito un tono conmovedor.
Queda concertada una nueva cita para el martes 20 de noviembre, cuando continuará el Mónologo y otros textos.
Muchas felicidades.
