ALEGATOS lunes 19 de septiembre de 2016
ALEGATOS
Sancho no es un tonto, pero tampoco es un cobarde, aunque de genio pacífico, también le saca gusto a una pelea. Además de distraído también es soñador.
Una y otra vez disipa las ilusiones de don Quijote y asume el papel de encantador. De la forma más cruel agrava el engaño de su señor cuando se refiere a Dulcinea.
Tanto la locura de don Quijote como el buen sentido de Sancho son contagiosos. En algunos aportes de la novela don Quijote desarrolla unos rasgos de Sancho y este se convierte en loco como su señor.
Al final de la obra los dos parecen intercambiar sueños y destinos. En algún momento Sancho vuelve a su aldea en éxtasis, llega con la cabeza llena de ideas y es don Quijote el que le dice secamente: “Déjate de sandeces”