ÄLVARO GARCÍA RAMOS
-¿A sus órdenes,señora: qué desea? Siga, señora; que los zapatos de este almacén son losmejores del mundo:
La señora asediada por Amparo, se había detenido frente a las puertas del almacén, sólo a decidir si continuaba comprando las chucherías faltantes o regresaba a la casa. Media hora después serían las doce del día y los buses transportarían gente hasta en el depósito de la gasolina.
-Sí, señora: tenemos las últimas novedades en calzado: estilos franceses, italianos, marcianos, venusinos... siga para que los vea: Lía y Yolanda colaboraron en el asedio. Los ojos halconados del turco vigilaban, desde atrás del posible tilín-tilín de la registradora.
-No, señorita, yo no deseo comprar zapatos. Me detuve aquí porque van a ser las doce y he decidido no comprar lo que me falta sino regresar a la casa para tener listo el almuerzo, antes de la llegada de mi marido y de los niños de la escuela.