Martes 20 de octubre del 2015
RECUENTO DE UN LIBRO
UN DESTINO 12
Ángel Contreras Y Ana Moreno
El número de sacerdotes que decían misa diariamente pasaban de cuarenta. Entonces había en un sacerdote por cada ciento sesenta
habitantes. La ciudad en sus costumbres parecía un convento, la piedad era general y se hacía alarde de ella por nobles y plebeyos; todas las familias se confesaban varias veces al año, forzosamente en la cuaresma.
habitantes. La ciudad en sus costumbres parecía un convento, la piedad era general y se hacía alarde de ella por nobles y plebeyos; todas las familias se confesaban varias veces al año, forzosamente en la cuaresma.
Las costumbres publicas eran severas, los delitos eran raros, se pasaban años sin lamentar un homicidio ni un robo. Un vecino fue juzgado por el hurto de una novilla, se le condenó a presidio y después al destierro, pero antes de esos dos castigos le cortaban las orejas