Bienvenidos al Búho Lee

martes, 28 de mayo de 2013

EDICION No. 52, martes 28 de mayo del 2013

      BIENVENIDO  LECTOR.

Visitas recibidas entre el 21 y el 27 de mayo de 2013  23  Promedio de visitas por día(7)   3.28.
  
      DESCUBRIMIENTO

   " Empecé a descubrir esta áspera verdad: la materia prima de la literatura no es la felicidad sino la infelicidad humana, y los escritores, como los buitres, se alimentan preferentemente de carroña".

   Mario Vargas Llosa.

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      CALI, FENIX

    El viernes 16 de mayo recorrí el bulevar que quedó sobre el hundimiento de la Avenida Colombia..

   La mejor actitud es esperar los resultados que se observen en la movilidad y la reacción cultural de los habitantes de Cali en el aprovechamiento del espacio lúdico que ofrece la obra.

   La primera autoridad de la ciudad, presionada tal vez por la opinión pública, o por la lógica ancestral, le quitó el apoyo al despropósito del consejal que quizo cambiar el nombre de "Avenida Colombia", por el de un personaje haitiano que terminó siendo un oscuro dictador de ése sufrido país, a un lugar que es representativo de CALI.

   Ojalá que esos mismos consejales actúen con rectitud y no prostituyan con su afán politiquero el espacio que se nos presenta, y ojalà que los oscuros politiqueros que votaron por el cambio, no sean los mismos que se dediquen a gestionar permisos para convertir el bulevar en un mercado persa.

   Nace un nuevo sentir caleñista en la población, que debe abrir los ojos y aplicar un criterio inteligente al momento de ejercer su derecho a elegir a quienes influyen en la vida de la ciudad.

   En esta edición, la crónica relacionada con el "Mio" y el testimonio presentado por el doctor Ramiro Soto MD.

      TEMA DE LA PRESENTE EDICIÓN
                         NARRATIVA.

   RAPSODIA EN EL MIO
        Ángel Contreras  
          Primera Parte 

    Para los caleños, el sistema de transporte masivo, al fin de cuentas, va a representar una buena opción, no sólo para movilizarce, sino para encontrar nuevos interlocutores y, porque no, nuevos amigos.

   Hace unos dìas fuí a la Universidad Santiago de Cali, a alguna diligencia. De regreso ví al salir la estación del MIO y dejé que la tentación me dominara. Entré puse la tarjeta en la registradora y seguí para esperar la llegada del bus. Cómo no tenía un rumbo fijo me subí al primero que vi llegar. Al entrar encontré dos asientos libres, tomé el puesto que da sobre la ventana, saqué la libreta de apuntes y alisté el bolígrafo. Estaba pensando en lo que iba a hacer cuando sentí que a mi lado alguien ocupaba el asiento libre.

   Dirigí la mirada hacia el lado derecho y encontré a mi lado a una señora que fijó en mí sus ojos azules y me mostro una hilera de dientes muy blancos y bien cuidados, pero no me habló. Volví la mirada a la izquierda y quedé en silencio, ensimismado en la secuencia de automotores que se cruzaban, casas que pasaban ante mi vista, y motocicletas sigzagueando Era la coreografía del valet urbano de todos los días. En los andenes hombres y mujeres jóvenes y maduros, uno que otro policia, vendedores de todo , incluso de frutas, con sus carretas llenas de fragantes y jugosas ofertas.

   Sentí que a mi lado derecho caía el peso de una mirada interrogante, pero no le puse atención. De un momento a otro la señora de al lado tocó con algún temor, mi antebrazo. Reaccioné volteando a mirarla.
   --Señor ¿usted es periodista?
   --No, ¿porqué me lo pregunta?
   --Porque lo veo con esa libreta dispuesto a apuntar cosas.
   --Pues sí, voy a tomar nota de lo que veo, pero eso no me  iden-    .    tifica como periodista.
   --Entonces, ¿usted qué hace?
   --¿Porqué me lo pregunta?
   --Porque ya hemos recorrido bastante, la gente sube y baja en -
      las  estaciones y usted sigue ahí como si no le importara
   --Ahora le respondo. Pero primero digame: ¿ porqué no se ha -.    quedado a donde va, y si sigue mi viaje?.
   --¡Porque creo que usted y yo hacemos lo mismo! ¡¡Nada!!. Lo-
      he siguido porque tengo tiempo hasta para perder. Soy pen-
      sionada y me muero de aburrimiento encerrada en mi casa, -
      entonces, como pasear aquí sale tan barato, lo hago y así me -
      distraigo.
   --Y, ¿porqué no se queda en su casa oyendo radio, o viendo te-
      levisión?
   --¿Encerrarme a oir radio-novelas o a escuchar noticias repe-
     tidas todo el día?. Mejor dicho, a embrutecerme más.
   --No necesariamente, también también deben haber programas-
      que ayudan a informarse acerca de temas que ignoramos o he-
      hemos olvidado.
   --Señor, ¿usted ve televisión?
   --Ulñtimamente sí, aunque no a toda hora.

   Continuará 

         JUEGOS PELIGROSOS
             Ramiro Soto   MD
                Pimera parte.

   El médico Ramiro Soto Cortés, escribió este texto, que ya fué publicado en la versión impresa de El Bùho, con base en su experiencia personal nacida del trato con diferentes pacientes.
Por ser un tema extenso el Blog lo publicará en dos entregas sin adiciones ni correcciones al original.

   LA HISTORIA.

   Sonaba el timbre, lo que significaba la hora de entrada, siendo muy temprano  en la mañana. Mientras las alumnas ingresan al colegio las profesoras se alistan para dar los resultados de fin de año, como era de esperar algunas estudiantes tenían mucha espectativa por las calificaciones de las últimas evaluaciones, ya que durante el tiempo de estudio algunas se dedicaron a perder el tiempo, mientras otras cumplieron con lo exigido; una vez ubicadas en el salón de séptimo grado la profesora llama a cada una de las alumnas y da las respectivas felicitaciones. Siguió llamando en orden alfabético por el apellido hastra que llegó el turno a Susana. pèro en esta ocasión la profesora no tuvo elogios, los resultados de sus últimos exámenes no cumplían con lo exigido, y debía repetir el año escolar.

   Al finalizar la mañana Susana se dirige a su casa, pero esta vez el camino que había recorrido muchas veces se tornaba oscuro e inseguro, mil ideas recorrian su mente, pero ninguna le daba la respuesta a su pregunta- ¿cómo decirle a su mama que nuevamente había perdido el año escolar?, ¿cómo mirarla a los ojos y decirle que nuevamente fracasó?. De camino a la sasa veía como algunas de sus compañeras celebraban la clausura del año; risas,, arrancar las hojas de los cuadernos, así como firmar sobre los uniformes era lo clásico, alguna de sus compañeras le pidió que firmara la solapa de su veranera pero ella prefirió acelerar el paso, aunque eso la acercaba mas a confrontar a su madre, mientras tanto escuchaba los planes de vacaciones de sus compañeras que caminaban por el mismo sendero. En el fondo eso generaba más angustia, y a medida que daba un paso, sentía una presión mas marcada en el pecho, una sensación de desespero e impotencia que empezaba a quitarle respiración. Sintiéndose mal llegó a su casa, entró y se encerró en su cuarto, no quiso almorzar, ni compartir tiempo con sus familiares, sólo queria cerrar los ojos y esperar...  

      FIN DEL JUEGO

   El reloj marcaba las tres pm. Terminando de pasar ronda por la sala de observación, noté cómo estaba todo tranquilo. A pesar de ser un día calusoso, el servicio de urgencias estaba vacío. Sólo quedaba  el remanente de lo que fué la hidratación de un niño con diarrea; me dispuse entonces a descansar en el cuarto médico, pero antes dí unas instrucciones a mis compañeras de turno, las envermeras. Teniéndo en cuenta que soy el único médico de turno en esta clínica, -y entrego guardia mañana, voy a descansar un rato-. Natalia quien lleva mas de diez años en este trabajo, mientras guardaba unos insumos en la vitrina, observó:- aproveche ahora que puede, pues mas tarde llega el bus de las cinco pm., hoy es un día caluroso-. En ese momento entré al cuarto y no pasaron mas de diez minutos de haber puesto la cabeza en la almohada, cuando escuche un grito. De inmediato estaba en la sala, cuando veo que ingresan un hombre de unos treinta años con una joven en sus brazos. Rápidamente fue llevada a la sala de reanimación donde la miro y veo su cara totalmente morada, con sus ojos abiertows, con una mirada perdida que no expresaba nada, sólo unos pequeños puntos rojos en sus escleras queriéndome dar luces de la causa. En ese momento temí lo peor. Al valorarla sólo encuentro un cuerpo frío y sin ningún tipo de respuesta a mis intervenciones durante  treinta minutos, con lo que finalmente desistó.

   Con un poco de más calma, analizó su cuerpo. Se trata de una chica de doce o trece años de edad, sin lesiones externas evidentes, lo cual descarta un accidente, pero noto cómo en su cuello tiene una línea marcada en su piel justo en la manzana de Adam. Esto sólo podía significar una cosa.

   En ese momento ingresa a la sala de reanimación una señora totalmente angustiada preguntando por su hija, ¿cómo se llama su hija?. En ese momento empieza a llorar y con voz entrecortada responde- Susana. Al contarle lo sucedido y confirmarle que su hija había muerto, la señora entra en shock, empieza a gritar, a agredirse, como queriendo pagar con su carne la muerte de su hija. No teniendo mas remedio, procedimos a inmovilizarla y sedarla.

   Una vez mas tranquila en la sala de observacion la señora interroga--doctor.¿cómo fue que murió?--comprendí que ella no tenía claridad del suceso,--señora, su hija se suicidó--. Nuevamente la señora entra en shock--. Yo le dije que no jugara con fuego, ¿porqué no me hizo caso?. Le dije que no jugara con el diablo, que esos no eran juegos. Esa noche la paso sedada...

   Continuará.