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martes, 3 de diciembre de 2013

EDICION No. 70, martes 3 de diciembre del 2013

                                   CLARIDAD

    Se ha venido insistiendo en el uso de la palabra para el acercamiento entre colombianos que están ubicados en bandos opuestos. Usar la palabra para la exposición de argumentos que convenzan a los ocasionales opositores es lo aconsejable.
     Los amigos de la guerra han pronunciado y escrito palabras incendiarias sin resultado práctico, que sólo han servido para crear un ambiente de mayor confrontación, lo que no ha permitido la convivencia en paz, pero que sí han alimentado el sentimiento de odio y el sentido de venganza.
     Esta situación la ha vivido Colombia durante los últimos setenta años y está demostrado que así no se conseguirá la paz, el logro se alcanza conversando hacia el entendimiento.
     Sabemos que para recorrer el camino hacia la paz debemos estar preparados para enfrentar los cambios que van a ser ineludibles. Debemos pensar y actuar con grandeza y ceder en muchos frentes, renunciando, principalmente, al odio y los sentimientos de venganza.

                          UN VALOR NEGATIVO

       NOTA.- Este, el anterior, y los apartes posteriores que aparezcan en el Blog, son tomados con base en el primer canto del poema escrito por John Milton, poeta inglés del siglo XIX .
    
    La envidiosa soberbia acertó a perder la mente del dios efímero que engendró la guerra que lleva a los pueblos a la mas horrible ignominia, sin dejar resquicio alguno a la esperanza.
    Cuando el hombre tiene el poder, todo le resplandece. Pero cuando no lo tiene se siente sumido en un profundo abismo, y sumido en el por una fuerza invencible.
    Pero, el dios efímero jamás cambiará los signos de su soberbia ofendida.

                             HISTORIA DE CALI
                   LA NAVIDAD DEL CALI VIEJO
    Crónica escrita por Raúl Silva Holguin, Segunda parte.

    Era día que invitaba a correr, a saltar, a gritar y a bailar; a quemar cohetes y tronantes que reventaban alegremente al son de los pitos, de las bombas de caucho, de castañuelas y pandereretas.
    En la iglesia parroquial de mi barrio, en el antiguo y elegante altar mayor, obra tallada por el ebanista Ignacio Estrada,Loborio Tello Villa arreglaba el mejor pesebre que en aquel tiempo se confeccionaba. Tenía de costumbre cambiar el decorado del altar, acondicionándolo al paisaje de la jornada alusiva a la novena del día. En el Coro, los villancicos eran cantados por los señores Francisco Cadros y Dimas Echeverry, acompañados con los mejores bambucos que en mi vida he oído, ejecutados por el maestro José Viteri al violín, acompañado por los señores Fidel Jordán, Jerónimo Velasco, Agustín Payán(padre), enrique Umaña, y los hermanos Soto Rivera. Miguel Montoya(el niño del Teatro Municipal), era el encargado del bochinche de las castañuelas, y Miguel Barrero Naranjo(kiko), el de la sonaja de pajarito de hojalata. De vez en cuando, Vicente Andrade(el vendedor de libros), le jalaba a la pandereta.
    A la media noche, las campanas de todas las iglesias(entonces   San Pedro, San Nicolás, La Merced, Santa Rosa y San Antonio), tocaron a fiesta. Las campanas de San pedro reían, cantaban retozaban jocundas como niños traviesos...

    CONTINUARÁ...

                                      NARRATIVA

                                  FLORAMARILLO    

    Carlos Rentería, abogado caleño, ex-funcionario del Banco de la República y tallerista literario.

    Desde mucho antes de tener sus crías,  la ardilla había buscado en el bosque, el mejor árbol que le proporcionara el albergue suficiente para su nueva camada.
    Aquel añoso mango, junto a la casa, era el lugar perfecto por sombra y el cómodo agujero en su tronco, en el cual adopto perfectamente su mullido nido, con hojas secas, pelusas de balso, puntas de pino y hebras de palma. Allí sus críos vieron los primeros rayos de sol, el cual se colaba por entre las ramas, calentando el nido, mientras ella hacia sus recorridos por el bosque, en busca del alimento que diligentemente transportaba entre sus manitas y dientes...

    CONTINUARÁ...