Bienvenidos al Búho Lee

domingo, 11 de octubre de 2015

LA GACETA DE EL BÚHO

                                     Domingo 11 de octubre del 2015

                                            LA GACETA DE EL BÚHO                                 
                                             
                                                         ADICCIÓN  1 
                                               
                                                        Por: Karonlains.

      LA GACETA DE EL BÚHO, seguirá apareciendo los domingos con la               publicación de algún trabajo especifico de algún colaborador o con la               reproducción de algún trabajo que contenga algún interés literario.                     KARONLAINS es una antropóloga colombiana actualmente residente en           Bogotá.

Él volvió a aparecer una noche lluviosa, llamó a la puerta y ella abrió, él chorreaba agua y cada vez que respiraba su aliento dibujaba vaharadas de calor humano. Por simple compasión lo dejó seguir, lo invitó a sentarse junto a la chimenea apagada y le prestó la toalla de las vaquitas que siempre estaba en la cocina.
Ella se quedó callada mientras él se secaba un poco, él la miraba de reojo. Cuando tuvo el rostro y el cuello secos, se frotó las manos y dejó la toalla llena de coloridas vaquitas en la mesa de centro, justo en frente de ella.
—Solo escúchame, es todo lo que te pido.
—No Paul, no hay nada…
---¡No! Por favor, sólo escúchame, por favor. Mira se lo que hice con ella, lo se pero escúchame. La primera vez que me quedé con ella en un hotel no pasó nada, lo juro por Dios santo, pero fue cuando te enteraste y no quisiste escucharme, me echaste de nuestra casa gritando que lo nuestro se había acabado. Yo no sabía que hacer, sentí de nuevo las ganas, la necesidad inmensa, ese latido lento y parsimonioso que necesita ser alimentado, estimulado. Fui a su casa, pero no por lo que tu piensas, fui por que ella es mi madrina, ya sabes, en el programa nos insisten en que los padrinos son fundamentales para el proceso y tu querías que entrara ¿lo recuerdas? Fui a su apartamento para evitar responder a mi impulso.
Ella se mordisqueo el puño en un gesto lleno de rabia y de dolor, él apretaba sus manos como si estas quisieran volar por su cuenta y él se lo estuviera impidiendo