CRÓNICAS viernes 19 de agosto del 2016
CRÓNICAS EN DESORDEN
Hernando de Soto exploró, cuando estuvo en la Florida, a catorce o quince caciques con igual número de intérpretes e igual cantidad de lenguas y con eso hizo una cadena de intérpretes y de ahí sacó gran utilidad.
Con el tiempo la figura del intérprete ganó reconocimiento que fue regulado por leyes. Sin embargo nunca fue un oficio de notables. Era un oficio útil pero humilde, sólo estuvo bien pagado en aquellos territorios y puestos fronterizos donde el ejercicio podía resultar atractivo.
Aquella situación de estar rodeado de diversas lenguas y la necesidad de entenderlas hizo que Pedro Arenas, que era un tendero harto de tener que bregar con varias lenguas cada que quería vender o comprar algo a cualquier vecino, se inventó unos diálogos hispano-mexicanos con los que empezó a entenderse con la gente.