ALEGATOS miércoles 14 de septiembre de 2016
ALEGATOS
Cuando don Quijote alza la visera, descubre un rostro polvoriento de nariz aguileña, ojos hundidos, huecos entre los dientes de delante y unos bigotes grandes y tristes, negros en contraste con el pelo blanco que aún le queda en la cabeza.
Tiene un rostro muy serio de piel amarillenta. Los modales de don Quijote, su apariencia física, el misterio de su naturaleza, su compostura, su gravedad, la serenidad y el dominio de su conducta forman un notable contraste con sus arrebatos de rabia.
Ama el silencio y el decoro, escoge sus palabras, es un perfeccionista y un purista enamorado de un sueño, perseguido por encantadores, pero por encima de todo es un caballero gallardo.
A pesar de su cortesía hay una cosa que no aceptará nunca, la menor sombra de duda o crítica de Dulcinea.
Con esa manera de amar obsesiva. Sancho dice:>> he oído predicar que se ha de amar a Nuestro Señor, sin que nos mueva esperanza de gloria o temor de pena<<
