EL TANGO y la DANZA
                                                     Ángel Contreras
Baile  sin  expresión   monótono,  con el  ritmo  estilizado  del  ayuntamiento.  No tiene,  a  diferencia  de  las  demás  danzas,  un  significado  que  hable  a  los  sentidos,  con  su lenguaje plástico  tan  sugestivo,  o  que suscite  movimientos  afines  en el  espíritu del  espectador.  Es  un  baile  sin  alma,  para  autómatas,  para  personas  que  han renunciado  a  las complicaciones  de  la  vida  mental.  Baile  del  pesimismo,  de  la  pena  de todos  los  miembros;  baile  de  las  grandes  llanuras  siempre  iguales.  Un  galpón de  madera  era  el  colonial  teatro  de  la  “  Ranchería”,  allí por  la  década  de  1780 se reunía  el   pueblo  y  los bailarines  enmascarados  para bailar  el  favorito fandango  el  aire sensual,  compás  irresistible y figuras   con arrequives  que barruntaban  el  enlazado juego  futuro  del  “corte”  y “ la  quebrada”.
Aquel fandango mereció la reprobación del púlpito. Y la directa ira del cielo: Un cohete de unos festejos cercanos cayó en el techo de paja del silvestre teatro y lo redujo a cenizas el 16 de Agosto de 1792.
Aquel fandango mereció la reprobación del púlpito. Y la directa ira del cielo: Un cohete de unos festejos cercanos cayó en el techo de paja del silvestre teatro y lo redujo a cenizas el 16 de Agosto de 1792.
CONTINUARÁ… el martes 2 de diciembre
 
 
 
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