EL BÚHO LEE  miércoles 6 de enero del 2016                    
                                           GERTRUDIS   Y EL  SEÑOR  JUEZ      1    
Ángel Contreras
     Junio  tocaba  ya  a  su  fin, se  vivían  los  primeros  arreboles  del  verano  que llegaba,
el invierno, que poco a poco se aplacaba dejaba unos recuerdos poco agradables, en la “Esperanza” se veían las huellas que la furia del río dejaba como recuerdo.
el invierno, que poco a poco se aplacaba dejaba unos recuerdos poco agradables, en la “Esperanza” se veían las huellas que la furia del río dejaba como recuerdo.
     Una casa  donde la oscuridad y el  frío  del  ambiente  no  eran motivo  de  alegría,  tony  con su andar   perezoso  y  su  mirada  lánguida  era  testimonio  elocuente,  el  gallinero  se  sentía triste  y vacío,  ya  no se  escuchaba  cacarear  las  gallinas  y  Teresa  no madrugaba  a  recoger  los  huevos,  los  dos   cochinitos  que  habían  comprado  en la  finca  del  alto  se  habían  ido  junto con la  corriente  del  río,  haciéndole  compañía  a las  gallinas,  el  Cid  y  Gertrudis,  no siguieron  el mismo destino  gracias a la  costumbre  de  dejarlos  además de  encerrados,  amarrados;  A  ése  hábito  se  debe  que cuando el  invierno  dejara de  mostrar  su rostro,  quedará  algo  de  lo  que había ocupado  muchos  días  de  trabajo.
 
 
 
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